La única herramienta fundamentalmente necesaria para cocinar con fuego vivo, es el fuego mismo.
Pero hay muchas maneras de tener un mejor control de nuestros procesos. Muchas herramientas que nos pueden ayudar en el camino.
En este módulo, vamos a rescatar dos herramientas claves. Una propuesta tradicional, y una propuesta moderna.
En primer lugar tenemos la cruz, o la estaca, que es un instrumento típico del asado en sudamérica. Hay muchas variantes pero el concepto básico nos permite colocar los alimentos de forma vertical con una inclinación suficiente para aprovechar el calor radiante de las brasas, el calor por convección de las llamas, o una suma combinada de ambos.
En nuestra experiencia, algunos puntos claves a considerar son:
1. La posibilidad de girar los alimentos
2. La posibilidad de voltear verticalmente la cruz
3. La posibilidad de variar la inclinación
La otra herramienta que vamos a utilizar, es un concepto que en lo personal me ha gustado mucho por la propuesta que presenta.
Es un rosticero, que a diferencia de otros modelos en el mercado, tiene algunos puntos que me parecen muy interesantes:
Tiene un diseño muy inteligente, que lo hace muy portable. Se guarda en un estuche, y lo podemos llevar a cualquier lugar, instalarlo aún si nnecesidad de una base, clavándolo en el piso. Tiene una ingenieria que le permite cargar hasta 7 Kg de comida y mantener una rotación constante. Esta rotación permite a los alimentos cocinarse de forma pareja y controlada, obteniendo calor contínuo en cocciones de cortas a muy largas. Funciona con una conexión eléctrica, de pilas, o incluso con baterías solares, lo cual lo hace una opción con energía renovable e independiente a fuentes eléctricas o a pilas. Es totalmente adaptable como un rosticero para cualquier asador que ya tengamos. De esta forma podemos hacer preparaciones diferentes en nuestro asador kettle, en nuestra parrilla abierta, o incluso en asadores de gas.