Existen una gran cantidad de técnicas para encender el carbón, podríamos decir que existen tantas técnicas como personas que cocinan a la parrilla.
Es un tema que puede incluso generar opiniones encontradas. Hace algún tiempo publicamos un video en donde explicamos algunas de las diferentes formas y herramientas para encender el carbón, y fue un video que generó bastante polémica.
Algunas de las técnicas que compartíamos eran refutadas por personas que decían “Yo lo puedo prender más rápido” o “Yo lo prendo más lento, pero ¿cúal es la prisa de encender el carbón?, finalmente es un ritual, y hay que disfrutarlo”.
Algo que notamos es que las personas encuentran cierto orgullo en su forma de encender y manipular el fuego. Y es entendible pues por un lado, es parte de tradiciones que se transmiten de generación en generación, y por otro lado, es un reflejo de nuestra relación casi instintiva con el fuego, este elemento que de forma inconsciente representa provisión, cuidado, y evolución.
Objetivamente, no hay una técnica mejor que otra, las propuestas que presentamos aquí tienen una razón de ser, algunas nos permiten encender más carbón durante una cocción larga, otras nos ofrecen velocidad y practicidad, lo que nos permite centrar nuestro esfuerzo en la preparación de los alimentos o la atención a nuestros invitados.
La realidad es que quienes digan que alguna de estas técnicas o que un producto con cierto avance tecnológico le quita valor al ritual de encender el carbón, tendría que evaluar la idea de que ni los cerillos, ni el papel, ni las frituras que a veces se utilizan para encenderlo son herramientas arcaicas, al final también son productos del desarrollo tecnológico y cultural.
Después de esta larga introducción, vamos a entrar a lo importante:
1. LA TÉCNICA TRADICIONAL
Esta es la técnica más tradicional. Aunque por generaciones ha creado frustración entre parrilleros que utilizan toda clase de trucos para hacerla funcionar, realmente no tiene ninguna complicación.
El principio es muy sencillo, simplemente vamos a vaciar el carbón necesario, y vamos a colocar algún elemento iniciador en el centro. Es importante no usar líquidos flamables que emitan olores que puedan contaminar el carbón y el sabor de nuestros alimentos.
Se puede usar papel periódico, e incluso hay quienes utilizan botanas fritas.
Nuestras tres sugerencias predilectas son:
Unas servilletas en las que vamos a vaciar aproximadamente ⅓ de taza de azúcar, con ellas vamos a hacer una especie de morral que finalmente vamos a mojar con aceite hasta saturar el azúcar.
Una pieza de madera alta en resina, como el ocote. Ciertas marcas de carbón ya incluyen algunos trozos dentro de la bolsa.
Finalmente, cubos de parafina. Estos están especialmente diseñados para el encendido del carbón, tienen muy buena duración y no emiten olores intrusivos.
Alrededor y por encima de nuestro elemento de encendido vamos a crear un domo con algunas de las piezas más grandes de carbón, vamos a rellenar algunos huecos con piezas pequeñas, pero cuidando de no encerrar por completo el iniciador, pues el flujo de aire es importante para un buen encendido. Finalmente vamos a utilizar un encendedor o cerillos para prender el fuego.
No es necesario complicarse de más con esta estructura piramidal del carbón. Si queremos encender mucho fuego, simplemente hacemos dos o más domos.
El flujo de aire y la estructura serán suficientes para un buen encendido, no es necesario soplar ni hacer algún proceso adicional. El carbón prenderá por sí mismo y estará listo entre 10 y 15 minutos más tarde.
Una vez que el carbón se ha cubierto en su mayoría de una capa blanca, podremos romper el domo para crear una cama de brasa perfectamente encendida.
2. LA CHIMENEA
El uso de la chimenea es una técnica bastante práctica y cómoda porque nos permite encender el carbón de una forma sencilla, directa, sin muchas complicaciones, y dedicarle tiempo a otros procesos que estamos manejando al momento de cocinar al asador.
Básicamente consiste en un cilindro de metal que tiene una abertura por arriba y por debajo, es una cilindro hueco, y tiene una parrilla que nos va a permitir colocar algún iniciador en la parte baja, y llenar la chimenea con carbón en la parte superior. Al encender el papel que está debajo del carbón, se va a generar una corriente de aire en donde caliente va a subir y va a succionar aire fresco por la parte de abajo, y ésto va a ayudar a la combustión del carbón.
El encendido del carbón con una chimenea tomará dependiendo de la temperatura y de otros factores (como el viento), unos 10 minutos, pero realmente no requiere mayor operación que vaciar el carbón, poner el papel debajo, y dejar el carbón prender por sí mismo.
La desventaja es que estamos limitados a la cantidad de carbón que podemos encender, si necesitamos mucho carbón de inicio es probable que se requieran dos o más chimeneas.
Como referencia, una chimenea llena es suficiente para un asador de 22” como el que utilizaremos en este módulo.
3. LOS GADGETS
Desde resistencias eléctricas hasta pistolas de aire super caliente, estos aparatos de tecnología ligeramente más avanzada nos dan mucha flexibilidad para encender el carbón de forma práctica, fácil y limpia.
Otra gran ventaja es que con ellos podemos encender nuevas tandas de carbón cuando el espacio y el tipo de asador lo permiten.
La desventaja es que suelen requierir acceso a una toma eléctrica para funcionar.
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